Cada 5 de mayo, el mundo se une para visibilizar una enfermedad poco frecuente, pero de alto impacto: la hipertensión pulmonar.

Se trata de una condición progresiva que afecta las arterias pulmonares, dificultando el flujo sanguíneo entre el corazón y los pulmones. A menudo, sus síntomas pasan desapercibidos o se confunden con otras afecciones: fatiga, falta de aire, mareos o palpitaciones. Sin embargo, detrás de estos signos puede esconderse una patología grave que requiere atención inmediata.

–La detección temprana puede cambiar el pronóstico.
–El acompañamiento médico especializado es clave.
–La visibilidad salva vidas.

En este Día Mundial, renovamos el compromiso con la difusión, el apoyo a las personas diagnosticadas y el acceso a tratamientos adecuados. Porque hacer visible lo invisible es también una forma de cuidar.